domingo, 10 de mayo de 2009

Elecciones federales influenzadas

Por Tomás González Corro

Aún no salimos por completo de la emergencia sanitaria provocada por la influenza y el proceso electoral ya inició; sin embargo, las campañas electorales también fueron víctimas de la influenza al grado tal, que para muchos, estas no han empezado en realidad.

En cuanto a las tendencias y preferencias de los mexicanos rumbo al 5 de julio, todo indica que la competencia será mucho más cerrada de lo que muchos pensabamos. Hasta hace muy poco, las preferencias electorales marcaban el retorno del PRI a la mayoría electoral; sin embargo, pareciera que sólo le basto al PAN recordar el pasado del PRI, para que los mexicanos fueran modificando lenta pero consistentemente sus preferencias.

Las encuestas hechas por el periódico Reforma, Consulta Mitofsky y Demotecnia que hicieron su corte en la segunda quincena del mes de abril, nos muestran como las preferencias electorales se van cerrando entre los dos partidos punteros que siguen siendo el PRI y el PAN. Los siguientes son los números de dichas encuestas en este año:

Al 26 de abril

Reforma: PRI 37 %, PAN 32 % y PRD 15 %

Al 21 de abril

Demotecnia: PRI 40 %, PAN 34 % y PRD 19 %

Al 20 de abril

Consulta Mitofsky: PRI 40.1 %, PAN 33.5 % y PRD 18.9 %

A los anteriores números, habremos de sumarles los que seguramente en breve presentará la consultora GEA-ISA, la cual, en su encuesta de la primera quincena de marzo  de este año anunciaba en sus cifras la caída del PRI en las preferencias electorales: PRI 41 %, PAN 39 % y PRD 15 %.

Ahora bien, la lucha sigue estando entre el PRI y el PAN; sin embargo, pareciera por las cifras mostradas que el PRD está logrando cierto reposicionamiento entre el electorado, así que en los próximos reportes de las casas encuestadoras, veremos si este partido logra mantener su crecimiento electoral y meterse a la pelea.

Por mi parte, soy un convencido que las mayorías mecánicas del PRI le hicieron un gran daño a la democracia de México, ya que aniquilaron durante mucho tiempo el debate de ideas y proyectos para que los ciudadanos pudiéramos decidir por el que consideráramos el mejor. Así que, candidato que se niegue a debatir y contrastar sus ideas con sus adversarios políticos, es un candidato de dudosa calidad.

 

 

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